domingo, 22 de febrero de 2015

Asi, siempre, vas y venis. Jamas te aferraste al amor, fuiste más alla del bien y mal. Tu filoasofia fue una heladera siam, duradera e indestructible ante cualquier sentimiento. Jamas rechasaste, las noches en la autopista y los días mirando las formas en el cielo, los porros y el mate asquerosamente lavado y frio, compensaron tu mortalidad fugaz como relampago, y mi eternidad condenadora, mi realidad de carton.

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